Creo que las mujeres cada vez están más paranoicas, pues resulta que cuando los agitados días te alejan de los brazos y los besos de tu novia esto marca una raya que si no es borrada con argumentos y cariños sustentables la vaina irá peor. Conoces el perfil de tu cuaima, sabes que debes trabajarla con bastante audacia para satisfacer cual esclavo todas las necesidades de su reina. Supongamos que pasas dos días sin verle la cara a tu novia porque estas dándole duro a la chamba, le envías uno que otro mensaje para que no piense que has sido secuestrado, violado y asesinado por algún mototaxista. Si no tienes saldo invéntate una con los panas que te regalen par de mensajes para que ella no crea que andas en pleno perreo con los que considera vagabundos, le envías un mensaje diciéndole para salir al cine y comer algo, ella muy educada aceptará, porque quizás te extraña o más que extrañar está fastidiada, pasas por ella a eso de las 6 de la tarde un lunes porque es a mitad de precio la entrada en el Cinex, el C.C Marina Plaza está completamente desequilibrado porque la gente no es tonta y lo primero que nos preguntamos es ¿Coño la gente no puede venir otro día pa´ esta vaina? pero ¿Cuántos no se preguntaran lo mismo al verte?
Mientras eres llevado por las escaleras eléctricas vas preparándote mentalmente en que métodos de relajación utilizaras para calarte las olímpicas colas y el cotorreo farandulero de mucha gente, sin embargo trata de disfrutar el rato con la compañía de tu novia porque es la protagonista de la tarde y verás que la cola avanza sin darte cuenta. Cuando llegas hasta las hipócritas-amables te das cuenta que ya no hay entrada para la película que querías ver, así que optas por lo que haya, pagas y te retiras bajo el efecto de las palabras más cínicas que pudieran decirte “Que disfrute la película señor”. Vuelves a los métodos de relajación para batallar contra otros que quieren tripearse sus cotufas y refrescos, lo más triste es que sé que los chamos del Cinex tienen un negocio con los vasos de los refrescos y los envases de las cotufas, luego de recogerlos al terminar la película se los llevan y en vez de botarlos los lavan, si, los lavan para volver a ser vendidos como nuevos, pues tienen todo un sistema tramposo, a lo que a mí me resbala, pero coño eso es full antihigiénico y aun así sigo comprándolos.
Por fin llegas a la cajera y te reciben con mucha “amabilidad” y sus típicas sonrisas frías, tu novia regresa del baño como brava quizás porque le dijiste antes de que fuera: ni se te ocurra tomarte una foto en el baño de esta vaina, eso sí es antihigiénico. Acto seguido la comparsa de la palabra “Señor”. A la orden señor, ¿Qué desea señor? ¿De qué sabor la bebida señor? ¿Algo más señor? ¿Quiere una ración de tequeños para completar su combo señor? Esta pregunta rechácenla de ipso facto ¿Que disfrute la película señor. Estas carajas son sodomizadas con ese estilo de atención trillado que más que causar una buena imagen causa estreñimiento.
Ya estas instalado en tu silla y gracias a dios no te toco estar separado de tu novia. Aun no ha empezado la película y miras como la gente se come sus cotufas apresurada, como si hubiesen cambiado esa regla de apagar el celular antes de la película por “comete toda esa vaina antes de la película”. Tratas a tu reina como se merece durante toda la película, una vez que culmina ésta, le dices para comer unas papas mixtas, la feria de comida es el propio festín de olores extraños, una mezcla de comidas que componen un olor ajeno a estas. Miras con cierta satisfacción como las papas mixtas son devoradas con elegancia por tu novia, eso llena mucho y me refiero no estomacalmente sino desde un aspecto gratificante.
Para pasar un poco el sabor de las cotufas y las papas mixtas, la endulzas con un helado. Las chamas del McDonald´s del C.C Marina Plaza se asustan cuando le pides un McFlurry bien pronunciado, se quedan como hipnotizadas, pero basta que llegue alguien y pida este helado de la siguiente forma: Chama dame un Marflorry, en tono tukki. Casi que te dicen que así es como se pide un helado. Le llevas el helado a tu reina, esta lo disfruta como una niña, le limpias los labios con una servilleta, al terminar se queda un buen rato mirándote, como perdida en un pensamiento, hasta asusta porque piensas que está punto de darle una embolia cerebral en plena feria, pero ella se queda mirándote orquestando la pregunta que no falla ni fallará jamás: ¿Hiciste algo malo este fin de semana cierto? O ¿Qué hiciste tu carajito? ¿Ósea uno no puede romper la rutina y la monotonía con una salida inesperada? Pareciera que esa forma de mantener viva la pasión por salir y que te vean de la mano con tu novia muchas mujeres le han tergiversado su significado.
Lo cierto es que la hipertrofia de esos mojones mentales ha venido cuaimatizando a muchas mujeres, estigmatizándolas de insensibles, opto por la comprensión y por darle valor a las cosas, esas cosas que crean una felicidad recíproca y las cuales van más allá de vasos lavados y relavados y gente llamándote señor aunque tengas 13 años de edad.
Leidequer Duben.
MUY CIERTOS ALGUNOS DETALLES Q PLASMASTE POR ALLI, CUANDO VAS A VER A CONDE JONES
ResponderEliminar